Los valores, el ADN de las organizaciones (F. Torralba)
Hemos tenido el placer de ser invitados al Día del Auditor, organizado por el Col·legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya, en el incomparable marco de l’Ateneu Barcelonès.El acto ha contado con la participación de Daniel Faura (Presidente del Col·legi), Francesc Cabana (Presidente del Ateneu Barcelonès), José Antonio Gonzalo (Presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas) y Mario Alonso Ayala (Vicepresidente del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España).
Tuvimos la ocasión de escuchar la conferencia «Los valores, el ADN de las organizaciones» a cargo de Francesc Torralba, Director de la Cátedra Ethos de Ética aplicada de la Universitat Ramon Llull.
Motivos del interés por la ética en los negocios
Francesc se pregunta porqué la ética y los códigos de conducta son tan importantes y demandados hoy día por parte de las organizaciones, señalándolo como un interés emergente especialmente durante los 5 últimos años. Plantea 3 hipótesis no excluyentes de este creciente interés:
- Las organizaciones, si sólo persiguen el máximo beneficio, con una competitividad sin normas, autoregulada por contravalores como la codicia, llegan a la destrucción de sí mismas, sus personas y el entorno en el que operan. La ética actuaría como freno a esta autodestrucción
- Mero material de maquillaje, marketing sin contenido, para los stakeholders. Los valores y los códigos de conducta se hacen para no seguirlos, para vulnerarlos de forma cotidiana a través de la cultura y la operativa real de la organización
- Las organizaciones son fundamentalmente comunidades de personas. Si éstas se rigen por criterios estrictamente individualistas, no existe comunidad posible, ni empresa. Los valores actúan como medio, material de cohesión, a través de unos mínimos éticos comunes y compartidos por sus habitantes.
Habla de la posibilidad de realizar «auditorías éticas» y cómo este término es ya un lugar común en la literatura anglosajona. La auditoría ética analiza el cumplimiento de los derechos de los usuarios, empleados,… y resto de partes interesadas de una organización, así como el cumplimiento de las promesas.
La ética en la empresa tiene que ver, según Torralba, con 4 aspectos fundamentales:
La generación y mantenimiento de la confianza y la credibilidad
Las empresas deben comunicar lo que realmente saben hacer, lo que se puede esperar de ellas, sus compromisos.
En la comunicación, se suele pecar tanto por exceso como por defecto. En ocasiones, creamos expectativas y compromisos excesivos e innecesarios, dando a entender que somos expertos en todo, por ejemplo. Es preciso delimitar nuestros compromisos y hacerlos públicos con garantías de poder cumplirlos.
En otras ocasiones, ocultamos, generalmente para no provocar pérdidas de confianza, y al salir inevitablemente a la luz la situación, se genera una pérdida de confianza aún mayor, ocasionada no sólo por la situación en sí, sino también y especialmente por la falta de transparencia sobre ella.
La confianza es indisociable de la transparencia.
La profesionalidad
Las organizaciones son personas y estructuras, pero principalmente personas, las que ha habido y las que ahora están. La profesionalidad exige competencia, que define como la suma del talento (lo dado), esfuerzo (lo elegido y dedicado) y humildad (para aprender de y con otros).
Es necesaria la autoexigencia para salir de la mediocridad y la ignorancia.
La competitividad
Francesc señala las sonrisas que ocasiona la unión de los dos términos: «ética empresarial». Demasiado a menudo damos por hecho que para tener éxito, ser competitivo y ser rico es preciso ser poco ético, utilizar malas artes o dejar la ética en un segundo plano. Se entiende la competitividad en un sentido darwinista, de selección natural salvaje.
Es preciso llegar a un concepto de competitividad conciliado con la ética. Ser competitivos de forma legítima, haciendo las cosas bien.
Tanto en economía como en el deporte, por ejemplo, es posible ganar tanto de forma ética como de forma no ética.
La conciliación
Como pieza fundamental para posibilitar una vida plena, debemos seguir avanzando en esta dimensión. Francesc reflexiona sobre cómo, en nuestra sociedad, las personas nos definimos por dos verbos: producir y consumir.
Si queremos dejar de ser sólo sujetos productivos y consumidores, debemos dedicar tiempo a otras actividades, en las que las relaciones, la cultura y el diálogo son fundamentales.
El acto finaliza con un concierto de la soprano Beatriz Jiménez y con una cena.
Las fotografías son del Ateneu Barcelonès