Relatos cotidianos y aprendizajes de empresa
A menudo de tanto hablar sobre competencias, habilidades,… y otros ingredientes, que nos gustaría encontrar y desarrollar en nuestros directivos, nos perdemos en tecnicismos y definiciones que, más que resultar pedagógicas y clarificadoras, pueden llegar a generar confusión, e incluso levantar un muro de ambigüedades.
En ocasiones buscamos recursos. En otras los encontramos.
No sé por qué, pero, al escuchar la historia que compartiré a continuación con vosotros, ésta me evocó ciertos aspectos estrechamente vinculados con:
- Orientación cliente
- Flexibilidad
- Capacidad de reacción
- Adaptación al medio
- Orientación a negocio
- Agilidad
- ….
Recientemente, apareció un paki cerca de casa de mi amiga Rouse. Ya saben, uno de esos establecimientos que salen de debajo de las piedras y que no cierran casi nunca. De hecho ocupan un espacio, un nicho que otros dejan.
Voy al tema.
La hija de Rouse, Irene, ese viernes, tenía el encargo de comprar gin, para celebrar una fiesta en casa con sus amigas de la Uni.
Acudió al recién establecido paki que, por cierto, se llama “Alimentació Catalunya”, y que, como decía, está abierto hasta las 12pm.
Irene pidió gin y el dependiente, Hamid, con un semblante entre confusión y sorpresa, le respondió que no sabía lo que era «gin».
Irene le ofreció una completa descripción del producto, y Hamid pudo ratificarle que no disponía del tal gin!!
Irene, entonces, decide acudir al paki “Productes Alimentació” situado dos calles más al este.
De buen corazón y con criterio logístico, para qué negarlo, decide, de regreso a casa, hacer parada nuevamente en la tienda de Hamid, para completar el pack, y comprar el refresco de naranja.
De inmediato, Hamid le pregunta si ha encontrado el gin e Irene señala orgullosa la bolsa. Hamid, prudente, le pide permiso para ver su contenido e Irene rescata el gin del interior, exhibiendo la botella ante él.
“¿Puedes anotar el nombre del gin en mi libreta por favor?” solicita Hamid, ofreciéndole una libreta amarilla…
Mientras Irene inmortaliza el nombre y señas del gin, Hamid recoge en una libreta verde, paralela, el nombre en su idioma.
Irene observa en la libreta una amplia lista, algo caótica, pero cuidadosamente recogida, y piensa a cuántos momentos como éste corresponderán.
Finalizado el proceso de registro, Hamid, con semblante muy satisfecho, guarda ambas libretas cuidadosamente en un cajón del mostrador.
Unos días después, Irene se acerca nuevamente a visitar a Hamid, con la intención, esta vez, de comprar algo de pan (¡“Alimentació Catalunya” tiene casi de todo!)
Le alegra encontrar un enorme letrero, una cartulina escrita a mano, que reza: “Tenemos gin”.
Al adentrarse algo más en la tienda, descubre una estantería, muy cerca, a su derecha, repleta de muchos ejemplares de gin, que parecen saludarla. Ella sonríe, y Hamid le dice solícito: “amiga, ¡ya tengo gin!”
Una historia simple, que quizá sirva para explicar situaciones más complejas, en las que la capacidad de reacción puede mejorar. ¿O no?
Os invito a compartir vuestras conclusiones.
Las fotografías son de suvodeb y de marcokalmann
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