Reinventarse, identidad y Jobs

En nuestra colaboración con Porta22 de Barcelona Activa, impartimos un curso titulado «Cómo reinventarse profesionalmente» donde debatimos sobre formas y modos de re-crear nuestra identidad profesional, cómo hacerlo, vendernos,…

En el pasado curso que dimos en Diciembre’11, salió, cómo no, la figura de Steve Jobs, a raíz de la publicación de su biografía y como paradigmático ejemplo de la reinvención continua.

Jobs consigue hacer obsoletas las etiquetas profesionales, esas que nos simplifican la vida y nos permiten otorgarnos una identidad tanto profesional como personal. Es difícil catalogar a Jobs en una profesión: ingeniero, diseñador, empresario,… o en un sector: informática, música, dibujos animados,…

De forma natural, definimos a Jobs por características personales: emprendedor, entusiasta, visionario,… y por un meta-sector: bienes de consumo (que aglutinaría desde los ordenadores personales, a las películas de animación y otros elementos culturales como la música,…).

Es capaz, pues, de trascender las etiquetas que demasiado a menudo dejamos que nos definan y, que en ocasiones, nos pesa que nos pongan. Podemos aprender mucho de él, si la ocasión pide que nos reinventemos y nuestra lucha es cómo huir de las clasificaciones que nos hacen y nos hacemos.

Jobs se define como un espacio, un dónde, versus un qué. No es una identidad definida, sino en construcción, abierta, en curso.

Se define como el cruce entre las ciencias y las letras.

En tanto que espacio, tiene la ventaja de permitir una movilidad, una redefinición continuas. Es líquida.

Se define también en base a una actitud: no aceptar lo dado (las normas, convenciones,… incluso la realidad que se nos impone) sino decidir crear esa realidad (el «campo de distorsión» sobre el que se insiste en su biografía). Se define como sujeto activo, responsable y agente de su situación, realidad y destino.

Otra materialización de esa agencia es su consideración de la falta de necesidad de los estudios de mercado para identificar las necesidades a satisfacer. Preguntar a su potencial cliente es darle el poder, suponer que sabe lo que necesita y no tiene. Jobs prefiere de nuevo crear la realidad, asumir la responsabilidad de saber qué ofrecer, de crear la necesidad.

Él supone que convivimos cotidianamente con la mediocridad, sin ser totalmente conscientes de ella, y que si alguien nos lo pone fácil y bello, tendremos la necesidad de cambiar.

Jobs se define también por la excelencia, perseguir la perfección, el detalle, el diseño, el todavía más simple, sin aceptar mediocridades, ni soluciones de compromiso. Se define por la locura y el amor a un producto perfecto; la profesionalidad por encima del sentido común.

Y de nuevo otro cruce, que vuelve a reinventar y unificar a su modo. No accede a escoger entre belleza y utilidad (función), quiere ambas, un diseño integrado con la tecnología, el cruce entre el arte y la ciencia-técnica.

Sin duda, su trayectoria profesional es un fantástico ejemplo de cómo reinventarnos, pero aún lo es más su actitud vital. Con sus altibajos, con sus claroscuros.

Recomendaros encarecidamente la lectura de su biografía, para conocer a fondo una persona y una época que también son parte de nuestra vida.

La fotografía es de F.C.Photography

2 Comments

    • Hola Eva,
      Totalmente de acuerdo contigo, mucho mejor que algunos de los grandes libros teóricos sobre el tema, éste es un ejemplo historia tras historia.
      Muchos ánimos en el muchas veces duro y desconcertante proceso de reinvención!
      Saludos
      M. José

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